lunes, 17 de agosto de 2009

La necesidad de algo distinto

El presidente del Concejo Deliberante de la localidad santafesina Arroyo Seco, Miguel Angel Coradini, se opuso a la reeducación de las penas o la reinserción social y opinó que a quienes roban hay que "matarlos a cintazos".
Entonces, ¿que hacemos? Por lo que se ve, ya no sólo es el problema de los menores que delinquen, sino también de los mayores que andan por fuera de la cancha.
Lo cierto es que, como respuesta a los dichos de este personaje, se sumaron infinidades de propuestas y adhesiones. Pero nadie mencionó en realidad lo que pasa. Ni siquiera este funcionario político, que seguramente no ingresó en el último mes al sistema. O sea que, desde hace tiempo, convive con la génesis y evolución de estas circunstancias.

Estoy convencido que no se le puede pedir a una victima que legisle. No podría hacerlo en esa condición crítica. Yo no podría hacerlo. Por eso debería existir gente que, estando en otras condiciones y mejores preparados, lo hiciera. Aunque la realidad a veces nos demuestra lo contrario. Este personaje quizás sea uno de ellos. Quizás dijo lo que muchos quieren oír, quizás dijo lo que muchos no se animan.

Ahora, ¿cómo salen los pibes de esto? ¿Cómo salimos nosotros de este facilismo de generalizar sin preguntarnos como llegamos hasta acá? Con educación y otras cosas, pero sobre todo con educación.
Sebastián Puglisi, licenciado en educación y ex autoridad del área correspondiente en el ámbito Municipal, me manifestó que “no podemos resignarnos a decir que lo molemos a palo y listo. Todo lo contrario. Es un tema de integración para lograr un sentido de comunidad dentro de la sociedad. Para esto hay que invertir en educación”.
La pregunta que me surge es si se está decidido a eso. Mientras siga apareciendo dinero de golpe, como por arte de magia, para hacer la Davis o para lograr que todos accedan al fútbol gratis, no me da esa sensación.

Es sabido que los individuos crecen en estatura espiritual gracias a la educación recibida, directa e indirectamente, por aquellos que están indicándole el camino. Pregunta, ¿Qué es lo que reciben hoy? ¿Qué les damos a los chicos, cada uno de nosotros, a los propios y ajenos, a los cercanos y lejanos?

“¿Por qué delinque ese pibe? Hay que trabajar sobre él antes que delinca. Estamos trabajando 10 o 15 años atrasados. Si continuamos así, la década que vienen nos agarra hablando de lo mismo. Eso sí, la escuela sola no puede. La escuela es necesaria, pero no es suficiente. Hoy los docentes tenemos que estar mejores preparados, porque este es el alumno que tenemos. El alumno violento, con reacciones y esto no escapa a ninguna clase social. Algunos por caprichos y otros por necesidades insatisfechas. Por eso hay que prepararse. Si seguimos esperando al alumno de la modernidad, aquel que esperaba parado frente al banco y se ruborizaba cuando alguien le decía algo, nos equivocamos. Para eso nos tenemos que formar”, indicó Puglisi.

El tema pasa por darles alguna posibilidad a los chicos para que no caigan en la delincuencia. Es intentar que tengan con que comparar esa vida que viene siendo golpeada desde hace rato. Lo cual es un problema más, desde hace tiempo que se castiga por acción u misión desde el Estado a muchas familias completas. ¿Cómo hace luego de tanto tiempo para sacarlos de allí?
Se puede. Seguro que sí. Hoy funcionan muchos comedores vecinales, donde se intenta cada día. Comedores donde inclusive ayudan y sostienen, chicos que ya la pasaron y que quieren evitar que otros pasen por su camino.
Mientras tanto ¿qué hacemos? Dirá usted. Y lo entiendo, conozco la situación en que estamos, vivo también en esta realidad. Las pocas propuestas de los funcionarios, asustan por lo simple que son. Para ellos, este problema llegó recién, sin preguntarse como. ¿O muchos de ellos no estaban hace 10 o 12 años atrás?
La solución, seguro, no saldrá de uno solo. Mientras no trabaje entre todos entre todos los sectores involucrados, seguiremos perdiendo tiempo. La respuesta quizás no sea blanco o negro, izquierda o derecha. Porque mientras lo debatimos, un chico más, salió desesperado, sin contención, a las calles donde lo espera un tipo que ofrece paco y armas.

Bernabé Tolosa

No hay comentarios:

Publicar un comentario