Me encontré este fin de semana, con un fragmento del libro El abandono del mundo de Samuel Cabanchik, a quien tuve como profesor también, que me trajo a pensar como muchos de la clase dirigente miden las circunstancias en este hoy.
El fragmento dice lo siguiente, “hoy existir es ser actual, y esto sólo se logra participando de la imagen y del mercado. Ser es entrar como mensaje en el mercado de valores que regulan los medios masivos de comunicación. Y, debido a que el código que orienta este mercado es el de la imagen, la palabra se subordina a ella como un rumor que la comenta y duplica”.
Quiero decir que, pareciera que el existir de los problemas a resolver hoy, está sólo en aparecer en los medios de comunicación. Y si es mediante imágenes, mejor. Y si no aparece el problema, al menos algunas repercusiones a favor o en contra, no importa, le dará entidad.
Nos quedamos, o se quedan, enredados en retóricas diarias, cuando la realidad está pidiendo otra cosa. Esa realidad que está frente a nosotros y que si no aparece en los medios no existiría, hoy es suplantada por los dichos de aquellos que deberían intentar modificarla.
Se pasó de la política práctica buscando el bien común, a la del lenguaje. A la de las repercusiones. Ya ni siquiera importa el problema en sí. Basta hablar de ello. Mientras aparezca, alcanza.
La realidad está librando una batalla con lo que captan nuestros sentidos. Para muchos, con sólo hablar del tema es suficiente, el resto no importa.
Por esto es que todo pasa por la sensación. Tenemos sensación de inseguridad. Tenemos la sensación de que hay inflación. También tenemos la sensación sobre alguien, que nos quiere engañar con su discurso, entre las tantas que tenemos por día.
Por lo que vemos a diario, también ahora tenemos la sensación de una dirigencia política, que está haciendo algo para cambiar algunas circunstancias. Pero con
repercusiones verbales no alcanza. Está visto y probado en este hoy que nos toca.
Bernabé Tolosa
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)