lunes, 7 de septiembre de 2009

Semana 36

Pasa cada cosa. No sólo aquí. En Japón la flamante primera dama aseguró (sic) que su alma viajó a Venus en un ovni triangular. Pero a nosotros ¡Nos pasa cada cosa!
El lunes sólo entraron 33 vacas a Liniers. El martes Buzzi calificó a Scioli de felpudo de Néstor. El miércoles Minujin presentó sus quintillizos "tenidos" con el Obelisco. El jueves se supo de "fiestas rosas" que hacían cinco oficiales (tres masculinos, dos femeninos) en el Museo Policial de Mendoza. El viernes va Maradona y no se le ocurre otra estrategia contra Dunga que ir a pedirle a Dios lo ayude con Su Mano. El sábado la última medición de la encuesta sobre corrupción que realiza desde hace una década la universidad de Belgrano, cortó el hipo de muchos: un 44 por ciento afirma que "sería corrupto una sola vez al menos, aunque sin dañar a otro".
Quedaba consolarse con la victoria "celestial" de la selección. Pero no. Einstein dijo que Dios no juega a los dados. Pero que de fútbol sabe y que "no se vende" lo supimos anoche. Estas fueron mini noticias escapadas de la marmita de la historia menuda. La grande (y contrahecha por nosotros) jadea anoréxica, muda, estéril. Como nuestra selección y la mayoría de nosotros. Salvando excluidos, inválidos y niños, quienes pasamos por incluidos "somos de cuarta".
No damos pie con bola. Con ninguna. De La Quiaca a Lapataia se extiende un campo minado por nosotros mismos. Seguimos con la historia en el cepo. Pasado sin sincerar. Presente bipolar. Futuro en cero absoluto. No hay diálogo porque el léxico oficial no coincide con el diccionario. "Justicia" no es justicia. Sobran preguntas "de cajón" sin que comisión alguna del Senado o Diputados se dedique a descularlas noche y día.
Megas porqués a tamaño descalabro caen de punta y rebotan sin ser oídos en los techos tortuga de los despachos oficiales. ¿Influye que habitemos sobre el yacimiento de dinosaurios más grande del planeta? ¿Qué lleva a dejar que todo quede como está, aunque duela? ¿Cómo es que 40 palos gente opten por estar "quedados" y abandonen sus destinos a los "sacados" de turno? ¿A qué se debe que ser argentino es rumiar penas, apagar el corazón y sobrevivir en estado de latencia?.
Cada nueva semana aumenta el stock de dudas, miedos, chicanas, promesas, tejemanejes, quiebres, rapiña, empaque, soberbia, votos burlados y descarada usurpación del poder. Y lo que es más perverso, arraiga (¡hasta convertirse en costumbre!) la indiferencia por los que al perder los botes de nuestros últimos Titanics quedaron fuera del espejo.¿Cómo hará la nueva generación para sacudirse tantos fósiles de encima?.
“No más realidad. Quiero promesas” grita un graffiti porteño. Y un aviso digital anuncia bicoca inmobiliaria: "Ofrécese monumental edifico céntrico vista al río, flamante enrejado metálico de seguridad feudal, cincuenta despachos, museo, patio de bustos, comedores, patio de palmeras, helipuerto de emergencia, rincones para tramoyas, serruchado de pisos y pases de sobres. Tratar: Balcarce 50" Es anuncio para despistados. A donde hay que ir a tratar es al Congreso. Portando una cacerola obsoleta reciben enseguida.

Por Esteban Peicovich, especial para www.perfil.com

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